MARI PILI POR FAVOR

No sé si os pasado alguna vez, pero tengo la rara costumbre de separar el alma de los pies.

En efecto, me voy a algún sitio y si voy de mala gana, desconecto lo que siento y dejo de pensar. Empiezo a caminar y caminar, me encuentro a gente y no les digo nada, sólo pongo la cara de lo que esté pensando. No importa si en ese momento creo en los extraterrestres, yo pondré la cara pertinente, y si siento asco pues miraré con asco, y así...

Pero no importa porque estaré caminando y evolucionando, y realmente no importa en lo que piense. Sólo importa la cara que ponga mientras me relacione con el exterior.

Pues bien, hoy una señora tenía almorranas. Lo sé porque esas cosas se saben. En el metro todo el mundo tiene algo y esa señora tenía almorranas, lo sé y punto, porque tenía cara de tenerlas.

Luego, yo tengo la manía de hacer autodefinidos sin parar, en el metro, mientras como, sobretodo cuando termino la función digestiva. Pues unos chicos hablaban de películas porno asiáticas (posiblemente porque había una chica asiática y claro, lo primero que se piensa al ver una chica asiática es la palabra porno) y acto seguido uno de ellos ha dicho que los chinos y los japoneses tienen el pene pequeño y yo me he acordado de Bruce Lee y me he puesto triste y dejado de hacer mi autodefinido.

La verdad es que es un poco cansado estar todo el día uno/a dentro de sí mismo y por eso he decidido ver más porno asiático.