Las luces del túnel no pueden apaciguarme del todo. Pero voy a pasar una y mil veces más por el, esperando que me salgan pies en los dedos de los pies y ojos en los troncos de los árboles.
Mi madre ha descubierto un castillo repleto de gnomos y mi hermana pidió para comer un gnomo con queso en vez de un lomo con queso.
Mi novio quiere pedirle mi mano a mi padre y además intentará quedarse también con mis labios, imagino "pa" qué.
Mi padre me ha regalado un fósil, tan frágil como yo.
Mi hermano ha descubierto que los diamantes no son para siempre.
Aún no he visto carteles que prohiban matar a la gente o comer mierda y deseo con todas mis fuerzas inventarme una canción mientras duerma.
No recuerdo mucho más, pero sé que se me ocurrieron cosas geniales.
He pensado mucho en la gente que amo aunque no sea aquí mencionada.
Lo pequeño ya no es lo que era y ahora crece lo hermoso mientras solloza el fuego.
No hice ninguna reverencia, se me había roto el cuello y no tuve más remedio que agachar la cabeza.
La sumisión, hija del dolor.
Me fui al Corte Inglés y me probé unos zapatos rojos brillantes, como los zapatitos de rubíes del Mago de Oz y empecé a golpearlos y decía "quiero volver a casa, quiero volver a casa".
- ¿Y qué pasó?
- Que no funcionó.
- ¿Por qué?
- Porque seguía en el Corte Inglés.
- ¿Y la bruja? ( fue una pregunta interesante pensé)
- La bruja miraba como me probaba los zapatos.
Leed atentamente esto que os digo: Voy a mandaros a la mierda eternamente mientras os amo en silencio lentamente.
Lentamente.
Porque allí me encontrareis, transformándola en confeti.
Os quiero, porque no sé cómo ni dónde decíroslo.
Mi novio quiere pedirle mi mano a mi padre y además intentará quedarse también con mis labios, imagino "pa" qué.
Mi padre me ha regalado un fósil, tan frágil como yo.
Mi hermano ha descubierto que los diamantes no son para siempre.
Aún no he visto carteles que prohiban matar a la gente o comer mierda y deseo con todas mis fuerzas inventarme una canción mientras duerma.
No recuerdo mucho más, pero sé que se me ocurrieron cosas geniales.
He pensado mucho en la gente que amo aunque no sea aquí mencionada.
Lo pequeño ya no es lo que era y ahora crece lo hermoso mientras solloza el fuego.
No hice ninguna reverencia, se me había roto el cuello y no tuve más remedio que agachar la cabeza.
La sumisión, hija del dolor.
Me fui al Corte Inglés y me probé unos zapatos rojos brillantes, como los zapatitos de rubíes del Mago de Oz y empecé a golpearlos y decía "quiero volver a casa, quiero volver a casa".
- ¿Y qué pasó?
- Que no funcionó.
- ¿Por qué?
- Porque seguía en el Corte Inglés.
- ¿Y la bruja? ( fue una pregunta interesante pensé)
- La bruja miraba como me probaba los zapatos.
Leed atentamente esto que os digo: Voy a mandaros a la mierda eternamente mientras os amo en silencio lentamente.
Lentamente.
Porque allí me encontrareis, transformándola en confeti.
Os quiero, porque no sé cómo ni dónde decíroslo.
